En este día les voy a contar el relato de una etapa muy sufrida de mi vida; que poco a poco me enseño lo importante que es perdonar.
Hace un año aproximadamente, yo era una chica con muchos problemas con mis padres y familiares, tenia la tonta idea en mi cabeza que nadie me podía entender lo que hacia, y vivía en una depresión constante; me costaba para relacionarme con las personas, siempre había un obstáculo en mi vida que no me dejaba seguir mi camino, y como podría seguir y estaba llena de odio llena de paranoias, todo mi ser vivía en una equivocación constante el cual yo nunca me daba cuenta, hasta que llego un día que sentía que realmente mi vida se me iba.
Recuerdo un mes antes de mis cumpleaños me entere que estaba embarazada, me sentía confundida llena de temor, por el que dirá mi madre y mi padre, mi gente; tuve que pasar por muchas discusiones con mi madre muchos roses, el padre del niño se desentendió y me sentía aun mas sola que antes, empezaba a darme cuenta que antes no tenia porque sufrir y ahora realmente sentía dolor dentro de mi, me sentí totalmente decepcionada de mi porque defraude a todos lo que habían confiado en mi.
Luego de unos dos meses me enferme tenia un embarazo de alto riesgo, tenia que estar en reposo total, pero no podía porque tenia que trabajar para mantenerme, en el transcurso de un mes empecé a sangrar mucho al ir al medico recibí la noticia mi bebe no se le escuchaba el corazón, estaba muerto.
Me sentí aun mas llena de ira me sentía sola y estaba perdiendo un pedazo de mí, me consto mucho tiempo para poder entender porque dios me mandaba tan grande lección, no sabía entonces si dios me castigaba o me daba una nueva oportunidad. Desde entonces solo guarde poco de mi reposo mi depresión no me dejaba decidí ir a trabajar gastar mis pensamientos en otras cosas, pero al caer la noche de regreso a mi casa mis lagrimas salían solas no las podía contener, hay estaba ese dolor latente dentro de mi.
En medio de todo esto me involucre con un hombre me sentía protegida con el lo veía mas como mi padre, sentía que me cuidaba, sabia que no lo amaba pero le tenia mucho cariño y respeto, el me dio una oportunidad sin importar todo lo vivido, le di gracias, aunque muchas veces me sentía confundida en lo que hacia.
Después de unos 6 meses, me sentía asfixiada, tome unas vacaciones, necesitaba aire fresco pensar, porque algo me decía que seguía en un rumbo equivocado en mi vida, decidí conectarme con la naturaleza. En esas vacaciones me ocurrió lo que jamás me imagine, conocí a mucha personas de diferentes culturas muchas de ellas me enseñaron que estaba caminando en sentido contrario, hay encontré a mi maestro un ser especial un ángel para mi, me enseño que podía confiar en mi misma en mi instinto, me enseño lo importante que es conectarse con nuestro yo interioro que la naturaleza te habla y sobre todo me enseño que puedo amar y perdonar.
Luego de todas esas experiencias volví a casa, no todo fue mágico me enfrente con mi madre discutimos nos volvimos a herir, decidí tomarme un tiempo deje todo lo que tenia en ese momento, mi trabajo mi vida mi casa y hasta a mi hijo, y me fui a un retiro espiritual.
Al volver lo primero que hice fue PERDONAR, perdone a todo aquel que me hizo daño, me perdone por haberme dejado hacerme daño. Hice el muy conocido “trabajo del perdón” fue una experiencia muy agradable al despegarme de todo odio y rencor que sentía dentro de mi, mi vida empezó a cambiar, mi relación con mis padres hermanos e hijo; me di cuenta de lo que quería en la vida, cambie muchas actitudes de mi vida claro todo para bien.
Ahora puedo mirar a los ojos aquellas personas que alguna vez me hirieron, acepto cariñosamente sus disculpas, me siento feliz de descubrir el mundo real ante mis ojos, y me di cuenta que dios no me castigo solo me dio una nueva oportunidad para enmendar mis errores, y le doy gracias todos los días de mi vida.
NOTA: Espero que con este relato de una parte de mi vida, les sirva para entrar en razón y darse cuenta que el odio nos daña a nosotros mismo no a mas nadie, el que perdona es sabio el que odia es ignorante.